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En esta segunda parte vamos a tocar la pesca del barbo en los ríos de Castilla y León. Podemos decir que cada río tiene sus barbos y estos se comportan, se alimentan y tienen sus querencias particulares, analizar cada río llevaría mucho tiempo. Así que dividiremos a los ríos en dos tipos que se diferenciaran por la transparencia o turbidez de sus aguas, esto marcara notablemente el comportamiento del pez a la hora de alimentarse, y a la vez nos influirá en nuestra forma de pescar y en la táctica que usaremos.
En los ríos de aguas claras o con cierto grado de transparencia, los barbos suelen comer más a menudo en superficie, por lo general tienen más eclosiones que los ríos turbios y los peces localizan sin esfuerzo el insecto que baja por la superficie del agua. La pesca con mosca seca podremos hacerla sobre peces cebando si hubiera eclosión de insectos y vemos las cebas, o localizando los barbos y haciendo derivar la mosca sobre ellos. Si localizamos el barbo y después de varias pasadas no reacciona ante nuestras moscas, llamaremos su atención posando bruscamente la mosca sobre su posición. Buscaremos las zonas de cascajeras, las raseras y descuelgues de las tablas, las tablas no muy profundas y las corrientes de poca o media profundidad y las caídas de las pesqueras (puertos o represas). En cuanto a las moscas: tricópteros efémeras negras, hormigas, saltamontes y escarabajos, por regla general, pero estaremos muy atentos a todo aquellos que derive por las aguas del rio o vuele sobre ellas.
La pesca con ninfa en estos ríos de aguas claras es complicada, normalmente son barbos asustadizos. La pesca con ninfa a pez visto y aguas arriba en zonas poco profundas suele ser la más efectiva, por lo general requerida de lances largos y sutiles, una brusca presentación y el barbo saldrá huyendo. Buscaremos también las corrientes poco profundas donde se suelen reunir en grupos. Para este tipo de pesca en aguas poco profundas usaremos ninfas de oreja de liebre o faisán, ninfas de cabeza dorada no muy grandes y larvas de quironómidos.
En las caídas de pesquera o salida de fuertes chorros, zonas de fuertes corrientes y profundidades alrededor de los 1,5-2 metros usaremos ninfas pesadas y grandes, que lanzaremos a la cabecera del chorro. Normalmente en este tipo de aguas los barbos atacaran con violencia la ninfa y la lucha será muy potente al descolgarse aguas abajo apoyados por la fuerte corriente. Las ninfas que usaremos serán ninfas de pérlidos, tricópteros o “montanas” de generoso tamaño.
La pesca en los ríos de aguas turbias o tomadas hacen que los barbos tengan una menor visibilidad, por lo tanto les costará más detectar nuestras imitaciones en superficie, así que la pesca con mosca seca queda restringida al caso de que veamos peces cebándose o localicemos peces en agua muy poco profundas patrullando en búsqueda de su alimento. Sera casi siempre necesario que nuestra mosca haga ruido al caer para llamar la atención de nuestro barbo y se decida a comer en la superficie. Además de tricópteros, hormigas y terrestres, en estas aguas turbias podemos usar “chernobil” buscando ese mayor poder de atracción.
Estas aguas turbias nos permitirán acercarnos más al pez y en la pesca con ninfa podremos pescar casi de punta, si están a poca profundidad usaremos larvas de quironómidos o ninfas de liebre o faisán. Si vamos a pescar en corrientes más profundas utilizaremos ninfas con cabezas doradas o plateadas y no olvidaremos las cabezas de color flúor que van bien en aguas tomadas.
La mejor época para pescar en los ríos de Castilla y León suele ser desde abril hasta el inicio del invierno, cuando llegan los días más fríos los barbos se retiran a las aguas más profundas de nuestros ríos.
En cuanto al equipo que utilizaremos, caña de 9 pies o 9,6 pies de línea 6. En caso de que pesquemos en zonas profundas (pescaremos con pesadas ninfas) y ríos grandes con fuertes corrientes y barbos de gran tamaño usaremos una caña de línea 7. La línea será WF. Es muy recomendable usar un vadeador para poder acceder a todas las zonas del rio.